viernes, 14 de octubre de 2011

Mis hijos: cómo poner límites

¿Qué son los límites?

Son reglas que regulan el comportamiento.


¿Cómo aplicar límites efectivos y afectivos?
  • Los límites deben irse adecuando a la edad del niño.
  • Deben ser metas realistas, valorar lo que el niño hace y animarle a continuar.
  • Deben ser claros y precisos. Requieren que las autoridades del niño se pongan de acuerdo.
  • Deben ser muy concretos porque así los niños lo entenderán mejor.
  • No deben ser generales, sino específicos.
  • No son necesarios los rollos, son más eficaces las normas breves y claras.
  • Es importante verificar la comprensión del límite.
  • Los límites deben fijarse de antemano, no dejarlos a la improvisación o al momento de rabia.
  • Es necesario imponer los límites desde el ejemplo (en la mayoría de los casos).
  • En ciertos casos procurar dar opciones. Es una forma de ayudarle a tomar decisiones y enseñarle autonomía.
  • Es necesario darle tiempo: tener paciencia y saber que muchas veces fallará. El niño necesita un periodo de aprendizaje y debemos valorarlo.
  • El elogio y acentuar lo positivo es lo que realmente cambia y modifica las conductas.
  • Debemos mantenernos firmes. En cuestiones importantes es bueno aplicar el límite sin titubeos. Para ser firme se ha de creer que se hace lo correcto.
  • Debemos distinguir qué límites son inamovibles. Existen normas que son básicas, que no pueden ser objeto de revisión o de diálogo, para lo que se requiere firmeza. Existen otras que son importantes, pero que admiten revisión o admitir que los hijos opinen siempre previamente a establecer dichas normas y otras más accesorias y que son más negociables.
  • El mensaje o la norma debe centrarse sobre la conducta: decírselo con claridad, centrándonos en lo que queremos que haga o deje de hacer, es decir, en la conducta en cuestión, no en la actitud o en la valía del niño.
  • Hablar con calma, no hace falta gritar: dar las órdenes o instrucciones en un tono de voz normal puede transmitir más firmeza que dar un grito, que sólo significa que se empieza a perder el control de uno mismo.
  • Debe aplicarse la consecuencia preestablecida. Un límite es firme si siempre lleva aparejada la consecuencia. La consistencia es el punto más importante del establecimiento de límites: cuando el niño sabe que siempre sus padres actúan como han acordado, tendrá en cuenta la norma y la respetará.
  • Ubícate a su nivel para verle directamente a los ojos y pregúntale qué le pasa.
  • Escucha y explica el por qué. Cuando un niño entiende el motivo de una regla como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros, se sentirá más animado a obedecerla. Entendiendo la razón, con pocas palabras, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o comportamiento y crear su propia conciencia.
  • Cuando un niño está angustiado no puede pensar bien. No puede pensar en lo que decimos y por eso no hace lo que pedimos. Guarda distancias.


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Aportación de la Dra. Rosario Salgado Cuevas, la Mtra. América Gasca García y el Mtro. Miguel Ángel de León Miranda.
Psicoterapeutas psicoanalíticos psicoanalistas.


Circuito Misioneros #5 Ciudad Satélite, Naucalpan de Juárez Estado de México. C.P. 53100
Tel. 5089-1410

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