lunes, 14 de marzo de 2011

Trastornos de ansiedad en niños. Segunda y última parte

Trastorno de ansiedad de separación

La característica esencial es una ansiedad excesiva concerniente al alejamiento del hogar o de aquellas personas a las que el sujeto está vinculado.


Al ser alejados de las personas significativas o del hogar, los sujetos con este trastorno, pueden experimentar malestar excesivo y necesitar saber el paradero de las personas y estar en contacto con ellas. Algunos sujetos se muestran extremadamente nostálgicos e intranquilos hasta sentirse desgraciados cuando se encuentran fuera de casa.


Pueden anhelar el regreso y preocuparse por fantasías de reunión; suelen preocuparse por miedos, accidentes o enfermedades que afectarán a las personas o a ellos mismos. Suelen experimentar miedo a perderse y a nunca más reunirse con sus padres, suelen mostrarse preocupados cuando se trasladan fuera de su domicilio o de otras áreas familiares y pueden evitar ir solos a distintos sitios como: la escuela, casa de amigos o campamento.


Estos niños son incapaces de permanecer en una habitación solos y pueden manifestar un comportamiento de aferramiento, situándose muy cerca del padre, madre o requiriendo que alguien los acompañe si van a otra habitación.

Pueden tener problemas a la hora de acostarse e insistir en que alguien permanezca con ellos; suelen trasladarse a la cama de sus padres o dormir en la puerta de su cuarto.
Pueden tener pesadillas cuyo contenido expresa sus temores. Cuando ocurre o se anticipa una separación son frecuentes las quejas físicas tales como: vómitos, nauseas, cefaleas, palpitaciones, vértigos, sensación de desmayo, entre otras. El inicio de este trastorno se ubica antes de los 6 años de edad.


Trastorno del pánico


Ocurre con mayor frecuencia en adolescentes mujeres y de manera igual en niños de ambos sexos.


El trastorno del pánico es una condición de inhabilidad acompañada por dificultades psicosociales, familiares, de pareja y académicas, además está asociado a un riesgo elevado de padecer otros trastornos de ansiedad, depresión mayor y abuso de sustancias.


El ataque de pánico es un episodio de ansiedad agudo en el cual el niño o adolescente experimenta una serie de síntomas somáticos, emocionales y cognitivos en ausencia de un peligro real que son similares a aquellos que se producen en situaciones de amenaza auténtica (este episodio es intenso).
El ataque de pánico dura pocos minutos (de 5 a 10 aprox) seguido de un periodo de calma gradual (15 a 30 aprox).

El niño siente que algo está mal o incorrecto pero no sabe exactamente qué es lo va a suceder. Como consecuencia se puede desmayar, desarrollar una enfermedad severa o morirse.
Este desorden está caracterizado por ataques de pánico recurrentes e inesperados; al menos uno al mes o el miedo de tener otro acompañado de ansiedad anticipatoria, preocupación por las implicaciones y consecuencias del ataque de pánico.

La razón probable de la baja frecuencia de este trastorno en niños puede deberse a que los infantes no han desarrollado la habilidad cognitiva para hacer interpretaciones erróneas de los síntomas asociados con el trastorno del pánico (perder el control, morirse, etc).



Trastorno obsesivo compulsivo
(TOC)

Está caracterizado por obsesiones y compulsiones recurrentes que causan una angustia significativa e intervienen en la vida del paciente.

Para integrar el diagnóstico del TOC, el niño puede presentar obsesiones o compulsiones a pesar de que la mayoría presenten ambas. Las obsesiones son ideas recurrentes y persistentes, imágenes o impulsos que son egodistónicos, intrusivos y absurdos; son acompañadas a menudo por afectos disfóricos como: miedo, disgusto, duda o sentimiento de vacío.


Como los adultos, los niños con TOC tienden a ignorar, suprimir o neutralizar los pensamientos obsesivos y los sentimientos relacionados, ejecutando compulsiones las cuales son repetitivas y
conscientemente propositivas en respuesta a las obsesiones de acuerdo a ciertas reglas o de manera estereotipada.

Debido a que muchos comportamientos normales se parecen a los que se muestran en el TOC, se establece que éstos deben ser estresantes o consumir más de una hora al día, interferir con la escuela, actividades sociales o relaciones interpersonales.
Los pacientes reconocen que las obsesiones son originadas por la mente y que no son solamente preocupaciones excesivas acerca de problemas reales; las compulsiones pueden ser vistas como excesivas e irracionales.


Trastorno de estrés postraumático

Para su establecimiento se deben reunir cuatro criterios:


  1. Exposición a un evento traumático.
  2. Subsecuente re-experimentación del evento a través de: recuerdos, sueños, sensaciones de estar viviendo de nuevo el evento, malestar a estímulos internos o externos que simbolizan el evento traumático y respuestas fisiológicas ante estos estímulos.
  3. Evasión consecuente o entumecimiento de la reactividad general.
  4. Síntomas persistentes de aumento de la activación tales como: dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad o ataques de ira, dificultades para concentrarse, hipervigilancia y respuestas exageradas de sobresalto.

Para leer la primera parte de este artículo da clic aquí.

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Aportación de la Mtra. Rosario Salgado Cuevas
Psicoterapeuta psicoanalítica psicoanalista


Circuito Misioneros #5 Ciudad Satélite, Naucalpan de Juárez Estado de México. C.P. 53100
Tel. 5089-1410 


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